GOLFO I, ‘ensenada grande’, ‘la anchura del mar, alta mar’, del lat. vg. COLPHUS ‘ensenada grande’, y éste del gr. κóλπος ‘seno de una persona’, ‘ensenada grande’; la forma española debió de tomarse de otro romance, probablemente el catalán.

1.ª doc.: 1492, Woodbr.; «golfo de mar: sinus», Nebr.

Por el mismo tiempo aparece con abundancia, desde las primeras narraciones de viajes transoceánicos. Quizá podría hallarse algún ej. anterior. Del port. gôlfo (antic. gólfão) no traen los diccionarios testimonios anteriores al S. XVI (J. de Barros, gólfão en Mendes Pinto y Cam?es), pero la variante con sufijo átono hace sospechar antiguo arraigo en el idioma. En castellano no existe esta variante, la ausencia de variantes con -h- lo hace sospechoso de extranjerismo, y la calidad de idioma interior que tuvo el castellano hasta el S. XIII da gran verosimilitud a la idea de que en Castilla (acaso no en leonés) sea vocablo importado, tal vez de Italia, más probablemente de Cataluña, donde ya se documenta golf en el S. XIII (citas del Consulado de Mar y del Atlas de 1375, en Jal): el Golfo del León, frente a las costas catalanas, ha tenido antiguo renombre entre los navegantes, y los golfos de Rosas, de San Jorge y de Valencia llevan este nombre desde antiguo. El fr. golfe está tomado del italiano; indudablemente antiguos son el cat. golf, oc. gou(lf) e it. golfo, los tres con o cerrada, según corresponde a la pronunciación de la ómicron griega, a pesar de su cantidad breve. La forma colfus (o colphus, o culfus) se halla en el Itinerario de Antonino Placentino (h. 570), en el Geógrafo de Ravena y en glosas latinas (CGL III, 363.67, quizá tardía) y bajo-alemanas (Gallée, 336); por primera vez aparece en una inscripción griega de Siracusa (KJRPh. VI, 68): es forma debida a una ultracorrección de la pronunciación vulgar de PH como P1. M-L. supone que el vasco-fr. golko, ronc. golgo, ‘seno de una persona’, venga de la variante primitiva κóλπος, lo cual es posible.

La ac. secundaria ‘alta mar’ se halla también desde el S. XVI por lo menos: la frase proverbial pedir cotufas en el golfo está documentada desde la primera parte del Quijote (V. COTUFA) 2.

DERIV.

Engolfarse [«insinuo, in altum navigo», Nebr.; secundariamente el transitivo engolfar]. Golfán ‘nenúfar’ (así acentúa la Acad., probablemente sin razón) o golfano [1607, Oudin, que deberá acentuarse en la o], tomado del port. gólfão íd. (ej. del S. XVIII en CortesƟo), propiamente ‘abismo’, porque los nenúfares se hacen en piélagos o charcas. La idea de ‘alga del golfo, de la alta mar atlántica’ explicaría el que el gall. golfe sea el más alto de los argazones [grandes algas]: «tanto como los cinchos de los arrieros» (Sarm. CaG. 83r, 100r, A17r). Golfarada ast. ‘cantidad de líquido que se arroja con ímpetu por la boca’, a golfaraes ‘a borbotones’ (V), comp. cat. glop ‘sorbo’ (sin relación etimológica con golfo), ingl. gulp íd. Para otro derivado, V. güérfago ‘remanso’, s. v. HUÉLFAGO.

Regolfar [Covarr.]; regolfo [1555, Greg. Hernández, Aut.].

1 Los Kahane agregan algunos datos sobre la historia de esta variante en RPhilCal. XXVII, 46-49. Resulta de ella que, como es de esperar, esta alteración se propagó primero desde el griego helenístico de Egipto, donde consta desde 296 d. C. Contra la explicación perfectamente demostrada por Kretschmer (Byz. Zeitschr. X, 581-583), M-L., etc., reproducida aquí, opinan ellos que se trata de un hecho de pronunciación copta, pero es inverosímil en sí el influjo copto en un término náutico, y ello separaría inadmisiblemente este caso del formado en latín vulgar o tardío con sulpur > sulphur, etc., y ultracorrección de nympha > limp(h)a, colapus, Giuseppe, filosop y demás.―

2 En cuanto al fr. goufre ‘abismo’, ya documentado a princ. S. XIII, no me parecen acertados los esfuerzos de Gröber (ALLG VII, 522), M-L. (REW, 2059) y Vidos (Parole Marin., 428-30) por darlo como tomado del italiano, donde no se conoce esta ac. El plural latino vulgar COLF֊RA (ALLG VII, 443-4), documentado en el Geógrafo de Ravena (S. IX), aunque sólo figure en manuscritos del S. XIV, viene seguramente del latín vulgar y explica bien la palabra francesa. No importa que los plurales neutros en -ORA no sean productivos en francés, pues casos sueltos formados según CORPORA, TEMPORA, se pudieron heredar del latín vulgar. Cierto que goufre es masculino desde el principio, pero los plurales neutros llevan en francés arcaico el artículo li (li brace, plural de li braz) igual que los singulares masculinos, y pronto se convierten en singulares, femeninos por lo general, sin duda, pero en nuestro caso la estructura del vocablo permitía interpretar li goufre como un masculino (como li cofre), según indicaba el artículo. También es verdad que golfe en el sentido de ‘golfo’ tiene antiguamente muchas veces la variante goufre, y una distinción entre las dos acs. no se estableció definitivamente hasta el S. XVI o XVII; pero es comprensible que al entrar el italianismo golfo se le identificara con el autóctono goufre y se le diera ocasionalmente la forma de éste; lo que no se comprendería es que ya en el S. XIII se produjera en un extranjerismo la evolución semántica ‘golfo’ > ‘sima’, que no ocurre en italiano ni en otro romance, pero que ya se halla en griego. Acerca de golfo y el fr. gouffre, V. ahora además Vidos, Rev. Port. de Filol. VII, 1-15.